La educación física no solo consiste en correr, saltar, trepar… Sino que, también podemos inculcar los juegos populares y tradicionales, ya que, como docentes de educación infantil debemos transmitir los juegos del pasado y contrarrestar todo lo posible el sedentarismo.
Los avances en la tecnología, han desplazado hacia un lado los juegos tradicionales, porque actualmente no vemos niños y niñas como antiguamente en la calle jugando, por ejemplo, al escondite; vemos a la mayoría de los niños/as jugando con el móvil, la Tablet, la consola y esto desencadena un problema bastante serio, el sedentarismo que muchas veces puede llevar a la obesidad infantil.
Los juegos motrices han sido sustituidos por juegos totalmente estáticos, donde los niños/as no se mueven ni realizan actividad física y pasan horas y horas sentados jugando con las nuevas tecnologías. Esta es la causa de porqué ha aumentado la obesidad infantil en estos últimos años.
Según Marín Gómez (2015), el juego "es la actividad principal en educación infantil y hace que los niños y niñas actúen libremente con su propio cuerpo, y de hacer suyo el entorno que les rodea". Por esto, el juego infantil siempre ha estado presente en las sociedades y culturas. Cuando hablamos de juego y de la importancia que tiene en el ámbito escolar, cabe mencionar los juegos populares y tradicionales, ya que, éstos son de gran utilidad porque poseen una gran riqueza pedagógica, estimulan las capacidades y actitudes, como la cooperación, el respeto, la honradez, la empatía, el compañerismo, etc. Todo ello es un recurso muy útil para las sesiones que se lleven a cabo en educación física.
Referencia:
Marín Gómez, G. (2015) Juegos tradicionales y populares. Revista Experiencias Didácticas (65), 147-152.
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